Cada 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha para reflexionar sobre la importancia de la salud mental como pilar fundamental del bienestar y el desarrollo socioeconómico. Este año, la OMS y organizaciones globales subrayan la urgencia de abordar esta problemática con un enfoque integral, multisectorial y centrado en los derechos humanos.
La salud mental está influenciada por factores complejos que incluyen desde la genética hasta circunstancias sociales y ambientales como la pobreza, violencia o la crisis climática. Ante esto, la OMS enfatiza la necesidad de intervenciones tempranas y preventivas.
Estas incluyen desde el aprendizaje socioemocional en escuelas hasta políticas que regulen condiciones laborales y mejoren el entorno comunitario.
Los niños y adolescentes son una población clave en la prevención, y el apoyo a los cuidadores, la creación de programas escolares y la mejora de entornos seguros son estrategias fundamentales. En el ámbito laboral, se insta a adoptar legislaciones que protejan y promuevan el bienestar mental de los trabajadores.
Para la OMS, la atención de salud mental debe priorizar un enfoque comunitario que permita el acceso a servicios eficaces y respetuosos de los derechos humanos. Servicios como redes de apoyo psicosocial, asesoría comunitaria y opciones de autoayuda digital son clave para responder a la creciente demanda. Esto, especialmente ante condiciones como la depresión y la ansiedad, permitirá que más personas reciban ayuda sin necesidad de recurrir a la institucionalización.
La OMS continúa impulsando el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, en el que llama a los países a invertir en tres vías estratégicas:
- Incrementar el valor y el compromiso con la salud mental en toda la sociedad.
- Actuar sobre los determinantes sociales y ambientales para proteger la salud mental.
- Fortalecer la red de atención comunitaria para garantizar un apoyo accesible y de calidad.
En este Día Mundial de la Salud Mental, la OMS y organizaciones de salud recuerdan la importancia de que gobiernos, comunidades e individuos unan esfuerzos para transformar la respuesta global ante este desafío. La salud mental es un derecho y una prioridad que merece acción inmediata y sostenida.